Cuando nos ponemos a estudiar cómo funciona el cuerpo humano y vemos lo complejo que es y cómo los diferentes sistemas del cuerpo funcionan en balance y sincronía, ayudándose mutuamente para en conjunto formar nuestro cuerpo físico, no podemos dejar de maravillarnos y podemos decir que somos como una máquina perfectamente diseñada por ese gran ingeniero, el Dios Todopoderoso. No puedo evitar darle las gracias y alabarlo por semejante regalo y por poner su huella en cada uno de nuestros cuerpos. Como todo buen artesano Dios también pone su firma en nosotros.
Los regalos que recibimos del Todopoderoso son incontables. Entre esos grandes regalos no hay nada mejor que un cuerpo saludable. De entre todas las posesiones materiales que podamos tener ésta es la más valiosa. Podemos tener dinero, casas, autos y muchas otras cosas. Más todas estas son reemplazables pero nuestro cuerpo es irremplazable, dándole un valor incalculable y es el medio por el cual llevamos a cabo cualquier actividad en este mundo. Según el relato del libro de Génesis Dios creó al mundo y a los animales solo con su palabra, más al ser humano lo formó con sus propias manos y nos dió vida soplando con su propio aliento dándonos un lugar especial sobre toda la creación.
Es por eso que debemos darle gran importancia al cuidado de nuestros cuerpos juntamente con el cuidado espiritual. Por eso debemos considerar qué cosas podemos hacer para honrar al Creador por medio del cuidado de nuestra salud. Lo siguiente es un fundamento básico de tres partes para el cuidado de nuestro cuerpo.
Nutrición
Debemos sacar el tiempo para conocer qué estamos poniendo en nuestro cuerpo y preguntarnos si nos hace bien o no. Existen muchas enfermedades como la diabetes, hipertensión, obesidad y enfermedades del corazón entre otros que se pueden evitar fácilmente con una alimentación adecuada. El uso correcto o incorrecto de los alimentos puede tener efectos tan poderosos como el de algunas drogas. Pueden encontrar una guía básica de alimentación saludable visitando la página informativa de la USDA en www.choosemyplate.gov. Esta guía está disponible en inglés y español, es la más reciente y substituye la antigua pirámide nutricional haciéndola más fácil de entender y de aplicar.
Ejercicio
Varios estudios clínicos han demostrado que las personas que se mantienen activas físicamente tienen una longevidad mayor a la de quienes tienen una vida sedentaria. El ejercicio junto con la buena nutrición ayuda a prevenir enfermedades, aumenta la productividad y da una sensación de bienestar. El tipo de actividad física que puedes elegir debe ser uno que apele a tus gustos de modo que sea divertido y a la par con tus capacidades individuales. Unos practicarán ejercicios de levantamiento de pesas, crossfit, ciclismo o algún deporte de forma recreativa o competitiva como el tenis o la natación. En mi caso me encantan las artes marciales porque proveen un sistema de preparación física y mental con metas claras a largo plazo y afortunadamente existen cientos de actividades de donde podemos escoger según el interés y capacidad individual. Si aún no has comenzado puedes experimentar con varias actividades hasta ver cuales se acomodan a ti, de forma que puedas mantener un nivel aceptable de actividad física a corto y largo plazo.
Estrés
En un mundo lleno de tantas complicaciones es de esperar que sintamos los efectos del estrés. De no manejarse adecuadamente nuestro cuerpo comienza a experimentar síntomas que nos pueden llevar a padecer de enfermedades en el futuro. Existen varios tipos de estrés, el psicológico o emocional y el físico. El estrés psicológico puede ser causado por preocupaciones como lo son dificultades económicas, disputas familiares o la posibilidad de algún tipo de perdida; mientras que el estrés físico es provocado por una jornada de trabajo excesivamente larga, demasiado ejercicio sin descanso, mala nutrición y enfermedades entre otras causas. Otro efecto del estrés es el de la producción de hormonas que nos estimulan a comer demás o a reanudar viejos hábitos que nos hacen subir de peso y que perjudican nuestra salud.
Existen múltiples métodos que podemos utilizar para combatir y mitigar los efectos del estrés. Entre ellos están el descanso, mejor alimentación, momentos de ocio y la reconciliación con esas personas con las que hayamos tenido diferencias. A menudo nos enfrentamos con problemas cuya solución parece estar más allá de nuestra capacidad. Cuando esto ocurre tenemos el recurso de la oración. Cuando presentamos al Señor nuestras situaciones nos conectamos a Él y experimentamos como se levanta esa carga, teniendo el efecto secundario de bajar ese estrés que nos afecta.
En cuerpo y espíritu
Con lo antes mencionado vemos como todos los aspectos se integran y se ayudan mutuamente creando una persona que se mantiene física y espiritualmente saludable, como un fundamento que nos impulsa a alcanzar nuestro potencial. Al esforzarnos por alcanzar nuestro potencial física y espiritualmente honramos al Creador y a nosotros mismos.